CETRI

CONÓCETE  -  ÁMATE

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Que LA ENERGÍA SUSTANCIAL DE LA CONCORDIA UNIVERSAL les ilumine y guíe siempre, son los anhelos de LA VENERABLE LOGIA BLANCA y de La Sede Central de Trinosofía.

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De acuerdo a La Enseñanza Hermética Trinosófica, el ser humano desarrollo un sentimiento de temor al enfrentar algo desconocido. Y, ¿Qué más desconocido que su naturaleza interior?

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De sus dos naturalezas, la interior y la exterior, quizás cree que conoce más la exterior y siente temor por la interior, por la sublime, por la desconocida. Este desconocimiento le hace desentenderse de ella y su cognición y le crea indecisiones y frustraciones.

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La Filosofía Trinósofa les comparte una de sus narraciones anecdóticas que pueden dilucidar un poco ese miedo de enfrentar nuestro interior:

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Vivía en las tranquilas playas, de una apartada aldea de pescadores, un anciano (pescador) que dedica su vida a dichas labores. A diario, en la madrugada al comenzar la aurora, el viejo se levanta y prepara los aperos de pesca necesarios. Los acarrea a su canoa y emprende el viaje hacia el interior de la mar. Así, es la rutina un día tras otro.

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Torna en las tardes, antes del ocaso, y en la playa vacía el contenido de sus redes. Al verlo regresar, los niños lugareños corren a su encuentro y con ansiedad esperan de él, no sólo la dádiva de algún pez, sino lo más importante para ellos, el relato del día, su gran aventura. El anciano se sienta en la playa mientras escoge y desecha los productos del mar, a la vez que desenreda y acomoda sus chinchorros. Los niños hacen corro en torno a él. Comienza narrando la lucha con la enorme serpiente marina, en medio de la negra tempestad. Esfuerzos, cansancios, desfallecimientos, miedos; empero, al final, la victoria. Los niños alelados, sin moverse, sin pestañear, viven como algo propio la aventura narrada por el viejo lobo de mar, quien, al concluirla marcha a su choza y los niños retornan felices a sus juegos.

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Hoy una enorme serpiente marina, ayer un monstruo de varias cabezas, antes piratas sanguinarios, calamares gigantes, espantosas tempestades; en fin, un sinnúmero de relatos heroicos, con los cuales entretiene y hace soñar a los infantes.

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Así, es el quehacer cotidiano en aquel lugar entre el anciano y los niños aldeanos. Los habitantes lugareños, adultos y jóvenes, conocen esta relación y la comparten con sus niños y con el viejo.

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Sin embargo, un día al regresar de la pesca, el viejo vació su red en la playa y sin repetir lo acostumbrado, continuó a pasos largos hacia la choza, ignorando la acuciosa mirada y curiosidad de los niños. Éstos, le miran y asombrados no entienden el por qué de su actitud, para ellos extraña.

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Varios adultos que observan la escena, hacen comentarios de sorpresa y se preguntan: “¿Qué le acontece al viejo?”

 

Algunos de ellos se encaminan hacia la modesta vivienda y, una vez allí, le cuestionan el por qué de su acción. “¿Dónde quedaron sus aventuras, sus monstruos, sus luchas?”  “¿Por qué ha dejado a los niños a la espera de sus cuentos?”

 

El anciano permanece en silencio, sólo escucha. Luego, preocupado y con el rostro desencajado, les dice: “¡Mis cuentos, es verdad! Antes les contaba mis sueños, mis ilusiones, mis deseos y lo hacía alegremente; no obstante, hoy cuando los veo, los vivo y los enfrento, el temor me invade, no me abandona. Todavía tiemblo de miedo por la experiencia vivida. ¡Por favor, retírense, déjenme solo!”

 

He ahí, un buen ejemplo de lo difícil que es enfrentarse a sí mismo, a los héroes y monstruos del interior. Mientras éstos permanecen como ilusiones o sueños, no afectan, hasta se les disfruta; mas, cuando se les enfrenta, cuando se escudriñan intensamente, causan miedo y el ser humano se siente solo y evade el enfrentamiento.

 

El temor a analizar el interior de sí mismo, el saber qué se es íntimamente, se enmascara siempre con el apoyo en algo exterior, fuera de sí mismo: Un ser querido, una labor, un vicio,…

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Por esta suscitación, La Enseñanza Trinosófica, otorga guías a sus estudiantes para que no evadan su realidad vivencial, que abandonen su existir fantaseando, no enfrentando su interior, no analizándose a sí mismo. Les conduce a no caer en la Neurosis colectiva que afecta a la generalidad, o a que se salgan de ella.

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Por eso,

 

¡Las guías Trinósofas esperan por ti!

 

¡Ven para que aprendas a Conocerte y obviamente, a Amarte!

 

¡Ahí está la raíz del conocimiento y del avance espiritual!

 

¡Sean todos bienvenidos!

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TRINIKASOL.